Al sur de la llanura manchega se encuentra Valdepeñas, en la provincia de Ciudad Real, centro y capital de la Denominación de Origen. Situada a 705 metros de altitud media.
El sur de la denominación se encuentra con las estribaciones de Sierra Morena, que forma una frontera natural con Andalucía, y al este y oeste hay montañas que se elevan hasta los 1.000 metros. Los viñedos más valorados se encuentran en Los Llanos al oeste y en Las Aberturas al norte.
Las vides que forman la D.O. Valdepeñas se encuentran casi por completo rodeado por la D.O. La Mancha, aunque se trata de una denominación totalmente independiente debido a su larga historia como zona vinícola.
La tradición vinícola de Valdepeñas se remonta al tiempo de los íberos. Durante la época musulmana se convirtió en una importante área de producción, debido sobre todo a una concesión especial hecha por el Califato de Toledo, que permitió la elaboración de vino para el abastecimiento de la ciudad.
Tras la Reconquista, Valdepeñas tuvo un enorme auge motivado por las grandes cantidades de vino demandadas por las tabernas de la zona. Además, el vino también comenzó a ser exportado a mercados más lejanos como Madrid. Hacia finales del siglo XVIII, la producción anual llegó a ser de unas 200.000 arrobas (3.200.000 litros). La fermentación se llevaba a cabo en tinajas de barro que tenían una capacidad de 1.600 litros y que se encontraban parcialmente hundidas en la tierra con el objetivo de ayudar a mantener la temperatura más fresca. Durante los primeros días del frío invierno, los sedimentos caían de forma natural a su fondo y no era necesario el aclarado.
La llegada del ferrocarril en 1861 permitió el fácil acceso a la costa, lo que supuso un nuevo aumento de las exportaciones, sobre todo hacia Filipinas y América Latina. En 1895, el Tren del Vino comenzó a transportar el vino a Madrid. En 1911, la filoxera destruyó los viñedos de la zona, aunque afortunadamente las bodegas llevaron a cabo diversas acciones para conservar los viñedos, plantando nuevas variedades de uva, principalmente Airén.
Año de fundación: 1968 .
Superficie viñedo: 29000 hectáreas.
Suelo: Geológicamente, se asienta sobre una planicie rodeada de colinas y su suelo es de una composición caliza, de origen miocénico, con un subsuelo de carbonato cálcico a situado a unos 25 cm. y que se caracteriza por su capacidad para retener el agua. La superficie del suelo es poca profunda y pedregosa, de color pardo-rojizo o pardo-calizo, con elevada proporción de cal que a veces forma costras en las capas inferiores y que hay que romper para posibilitar el cultivo. Se trata de suelos pobres en materias orgánicas y bastante sanos.
Clima: Continental extremo, con inviernos fríos y veranos muy calurosos en los que se roza la situación de semiaridez. Las sequías son frecuentes en verano, al igual que las heladas en invierno, pudiendo incluso causar daños a las cepas. Las precipitaciones son escasas, apareciendo generalmente en primavera y otoño, en ocasiones en forma de violentas tormentas. Durante la primavera, el granizo puede llegar a convertirse en un problema para los viñedos, al igual que los fuertes vientos. Aunque esto último no suele afectar demasiado debido a la baja altura a la que se encuentran plantadas las cepas, muy cercanas a la tierra.
Pluviometría anual media: 200 – 400 mm.
Insolación anual media: 2500 horas.
Crianza: 24 meses con permanencia mínima de 6 meses en barrica.
Reserva: 36 meses con permanencia mínima de 12 meses en barrica.
Gran Reserva: 60 meses con permanencia mínima de 18 meses en barrica.
Variedades blancas: Airén (mayoritaria), Macabeo, Chardonnay, Verdejo, Sauvignon Blanc y Moscatel de grano menudo.
Variedades tintas: Cencibel o Tempranillo (mayoritaria), Garnacha, Cabernet Sauvignon, Merlot, Sirah y Petit Verdot.